domingo, 16 de marzo de 2008

Valparaiso, Valpo para los amigos

(en construcció...)

14 de Marzo

11 de la ma{ana, nos apeamos en Valparaiso, Valpo para los amigos. Con un saco entero de expectativas, que intentamos neutralizar para evitar un caldo de cultivo del chasco. La noche en el autobus fue interminable, amenazada con horrorosas peliculas americanas y pegando poco ojo a pesar del "semi-cama" (aunque no lo creas, Jenny, me costo dormir!!). Llegar al terminal de bus y ser acribilladas por ofertass de hostels fue cosa de segundos. A mi me violenta mucho esta forma de hacer, pero nos fue muy bien, la verdad. El hostal Costa Manantial resulto ser un lugar encantador, céntrico y a la vez apartado, con vistas a los cerros e incluso con una habitación soble para nosotras! Qué lujo (a estas alturas)!! "Reservamos dos noches, no??" "Dale!". Comimos en un pequeño "antro", templo del kitsch ("funcionaria", inevitable pensar en ti) con sus ramos de flores artificales coloridas y un tiburon de plastico reinando el salon. Un grupo de mayores porteños invadian el menu con ruidosas carcajadas e impregnaban de alegria el lugar. Sobre los porteños, aprendimos que existen tres gentilicios porteños, que se refieren a Buenos Aires, Montevideo y Valparaíso. Eso lo aprendimos en el Vinilo, pero cada cosa a su tiempo... No podíamos creer las dosis de amabilidad del camarero ni la exquisitez del menú casero por el módico precio que pagamos... veníamos de la Patagonia! Tuvimos que dedicar parte de la tarde persiguiendo boletos de bus y de avion con sus numeros de horas y precios, y sorteando las dificultades de los pagos propios de encontrarse en territorio extranjero, aliñados con la mismissima ley de murphy elevada al cubo. El fin del horario comercial nos liberó y empezamos a pasear...
Tomamos el primer ascensor que vimos, el que nos pareció uno cualquiera. Nos subió al Paseo Gervasoni, en Cerro Concepción, donde tuvimos que detenenros a observar sus vistas al puerto y a los cerros abarrotados de casitas multicolor. Valparaíso tiene ese espíritu de duende que esconden ciudades como Lisboa o Granada. Calles adoquinadas y serpenteantes, sea de subida o de bajada (como en la Alfama lisboeta o el Albaicín granadino). Valparaíso tiene aire que huele a puerto de mar, aunque el olor a pan (cuando el pan huele, porque es pan y no pan congelado-prefabricado) eclipsa a veces la atmósfera marina. Aunque aquí marzo es otoño, se respira primavera, como si nos hubiéramos re-mudado de hemisferio. Así, una se siente como en casa. Y el viento playanchino (porque sopla de la Playa Ancha) como lo hacen el levante o la tramuntana en la Costa Brava, quizás en este instante. Pero para paralelismos con el Empordá, habrá tiempo más adelante. Estaba escribiendo sobre Cerro Concepción... El andar errático detrás del objetivo de la cámara nos marcaba un paso lento, y curioso. Cer los rayos del sol concentrarse en una esquina, observar a los artistas o aspirantes a serlo observar par plasmar lo observado en el papel, envidiar a los viajeros de un hostal en ese barrio, y dejarse seducir por los cristales coloridos de un caleidoscopio artesanal. Cada detalle es Valparaíso. Y el que más, el Vinilo. El Vinilo trasciendo lo que es un detalle y constituye quizás la esencia (si es que la hay) de nuestra experiencia en Valparaíso. Muchos bares reclamaban nuestra atención. Pero solo sucumbimos a la tentacion que nos impuso el Vinilo. Como para otras tantas cosas, faltarán las palabras para describirlo. Tantas que no sé como continuar. (el espacio y tiempo no sale, pero imaginaros la pluma detenida durante parte del trayecto santiago- buenos aires. un poco mas de tiempo. despues de pensar algo mas, continué escribiendo).

Es una antigua carnicería, convertida en un local acogedor. Mantiene los azulejos de paredes y suelos, yta mbién la antigua mesa de trabajo, de mármol, con las cicatrices del cuchillo del carnicero... Publicidad antigua recubre las paredes o los espacios vacíos, así como tiras de cómic y periódicos antiguos. En lugar de reses, ahora el protagonista es, como su nombre indica, el vinil. Ivan es el encargado de modular sutilmente el ambiente, normalmente a ritmo de jazz. Pero cuando digo ambiente, me refiero a todo tipo de ambiente, también entre la gente. Ivan, con su don de gentes, transforma el bar en hogar (acá me falta un intento de traducción del catalán... alguien tiene idea de cómo traducir "caliu"?). Bien, "caliu" es lo que Ivan brinda al bar, haciendo que el resto brinden sus copas. Podríamos decir que el Vinilo recuerda bastante a esa "granja" de la calle BAnys Nous o Banys Vells, siempre las confundo. Ese rinconcito que Maga gusta disfrutar en solitario, a veces (para los porteños: no es la Maga de Cortázar). También a ritmo de jazz. Rindiendo un pequeño homenaje a dicha granja, pedí el chocolate con cáscara de naranja. Antes de terminarlo, Ivan ya nos había reubicado de la aislada mesa de la ventana (que comunica más con la calle que con el bar) a la antigua mesa de trabajo. Con apariencia de barra de bar, ésta permite tomar algo a ambos lados de la barra, funcionando como una mesa ancha i alta. Así fue como nos sentamos jutno a Pato y Marco, sumergiéndonos en el espíritu porteño a través de sus gentes de letras y copas.

Pato es intérprete y traductor. Acaba de volver de Atacama, donde vivía del turismo, y de Buenos Aires, que le dejó alguna que otra herida en el corazón. Espera trabajar como traductor, y mientras espera, ahuyenta las penas -vaso en mano-. Por ser nieto de un "lleidata", entendía el catalán que hablábamos con Claudia, y adoraba a Serrat con locura. Conoce Buenos Aires, y fue el pretexto con el que nos presentó Ivan. A su vez nos presentó a Marco, bajo el motivo que "había vivido en España".

Marco da clases de literatura en la universidad. Amante de letras danza entre obras y autores que es un gusto. Profundamente de izquierdas, o de izquierda profunda. Santiaguino de origen, se define como porteño porque ya hace años que reside en cuerpo y alma en Valparaíso.
El "pelao" (por el pelo ausentado o rasurado), guionista de cine, es el que faltaba para el trío cala-letras. Estudió, para que digan que las casualidades no existen, en la UAB. Al llegar a Barcelona se descapitalizó al pasar por caja en "La central" (librería del Raval).


La Sebastiana (Casa- Museo de Pablo Neruda)





Bolos de Berlim (berlinesas) en la playa porteña




Paralelismos L'Escala- Valparaíso (no sembla molt el paisatge de davant del Roser??)


Tarde de domingo en Plaza Victoria... la plaza para quien la juegue!!


Reviviendo recuerdos de infancia, esas mañanas en el Garpe las reencontré en Valpo. Quizás Tableros Ibáñez distribuya Domaikes!

Arte en la calle, museos al aire libre.




ASscensor porteño (para subir a los cerros)

Al final de la C/ Ferrari (donde residia Neruda), el Paseo de los Sueños
Y Marissa se adueñó un verso de Neruda en la pared

(TEXTO TODAVÍA EN CONSTRUCCIÓN... CONTINUARÁ)

2 comentarios:

Miris dijo...

Cuca bonica!!
aqui la miris!! que per fi m'he pogut submergir en el teu blog i enterar-me del que estas fent a l'altra punta del món!!!
i quin enveja nea!!! realment un viatge per conèixer món i per coneixer a un mateix...
cuida't preciositat
un petonàs
i vull més fotos!!! jejej

titis dijo...

princesa.. no sé... m'he sentit identificada amb el que has explicat... m'hagués encantat continuar xerrant, i inventantn missatges amb aquests tres estranys... tan literaris... jeje... un petó i continua disfrutant, caro