lunes, 28 de julio de 2008

Chapada Diamantina... diamante (en bruto?)

Los portugueses y otros inmigrantes llegaron a la Chapada para extraer sus piedras preciosas. Los garimpeiros lenaron la naturaleza de trilhas (caminos) que años después trillaron los turistas, guiados (previo pago) por los hijos de los garimpeiros. Todo se transforma. El inmigrante despojaba la naturaleza, el nativo despoja al turista. Agridulce transacción para achicar la deuda histórica. Lençóis es una villa rodeada de verdes morros y lindas cachoeiras (cascadas). Algunas calles entretejidas con calzada de piedras, dos de ellas y la plaza acribilladas de bares y tiendas de lembranças artesanales.
Remontar el río Lençóis por sus poços (gorgs) y sus cañones de cascadas y cuevas de arenas multicolor fue como despertar de la letargia de hastío cosechada en Salvador. Para los musulmanes, la meca es lo que la cachoeira da fumaça es para los gringos qeu llegamos a Lençóis. El laberinto para evitar un guía oficial es difícil de describir. Viven infundiendo el miedo y vendiendo la seguridad (siguiendo la más clásica estrategia neoliberal). Pero si uno no planifica, las cosas surgen. Así conocimos a Carlos, con quien fuimos al Vale de Capão, previo paso por Aguas Claras. CAmpamento completo con inventos de McGiver para suplantar el olvido de los palos de la tienda, y un fueguito para dar calor a la velada que compartíamos con otra parejita de uruguayos que encontramos allí. Las palabras de Carlos brillaban como unas estrellas más en la noche. Nos dobla la edad y es uruguayo desde el exilio. Militante precoz, con 13 años ya leía y entendía "El capital". Después que su participación en el partido comunista le llevaran a la prisión, la rabia por la tortura recibida le llevó a los tupamaros (grupo de guerrilla urbana). La muerte de su compañera en un tiroteo con la polic~ia fue la gota necesaria para colmar el baso y pasar de la lucha armada a la búsqueda espiritual -pasando por el candommblé, el chamanismo amazónico, la magia de la naturaleza y la química de los para~isos artificiales. En su vida estudió mucho (porque decir todo es demasiado) y trabajó más (actor, enfermero, ladrón de coches, oficinista, artesano...). Enviudó tres veces. Quizás por todo eso sus ojos tristes sonríen apacibles, mientras su mirada desvela haber conocido lo amargo. FUe un gusto conocerlo.

Salvador? Sálvese quién pueda!

Bahia Bahia.... Salvador de Bahia. CUriosa combinacion entre lo destartalado y el maquillaje urbano. Las calles coloniales del centro conviven con los arranha-ceus y las favelas, con los petroleros en el puerto y los chavales haciendo volar cometas en una azotea de los suburbios. El turismo causa estragos en el Pelourinho y echó las paradas del mercado para colocal sus apreciadas lembranças (souvenires). La ciudad es como un patchwork de barrios tejidos sobre los diferentes morros. Laderas que suben, elevadores que bajan. La ciudad desconoce el silencio. Siempre algo lo invade. El silencio no puede respirar, se ahoga de musica, de gritos, de coches, de carritos de vendedores ambulantes, de peleas, de rejas que se encierran -aprisionando al rico dentro, por su seguridad.
En medio de todo este barulho intento encontrar mi lugar pero siento que no es éste. El cansancio de tantos meses de mochila a la espalda se hace notar...

sábado, 26 de julio de 2008

pegando carona

Pegar carona= hacer dedo. Grata forma de recorrer kilómetros, conociendo las entrañas motorizadas del paisaje. Inmersión fortuita en el trayecto de otra persona. Un compartir espontáneo, fruto de la espera de uno, la complicidad de otro y la curiosidad de ambos. Acá en Brasil hay "Pontos de carona". No constan en los mapas ni en las gu~ias, ni señal alguna los anuncia. Pero la gente los conoce y los usa. Lo primero es informarse dónde están. A veces se coparten con la parada del bus, otras no. Sí se comparten a menudo con otras personas... La espera empieza dulce, con un toque de humos. A medida que avanza el tiempo, se pelean el aburrimiento y el enfado, de tal manera que los coches o camiones uqe pasan de largo lo hacen con un alud de cr~iticas variadas como propina. A ratos empezamos a elaborar una carta a los reyes, una lista de deseos sobre nuestra prócimaa carona. Que sea un rico fazendeiro (y lo fue) o uno del IBAMA (y tambíén). Que sea un conductor destartalado de coche destartalado. O una cucaracha con altavoces de música electoral. O un quilombola urbano. O un pol~itico. O un negro capoeirista. O alguien que se dedique a la cultura... Ni más allá, ni más acá, un polic~ia militar en vías de poner en marcha una pequeña fazenda de vacas, un camionero pernambucano con mucha buena fe del que no entendíamos ni media palabra, un camionero que había dejado la industria cervezera después de haberse formado en sus secretos en Alemania, unos guías turísticos con sed de fiesta.... Antes de eso fueron los eucalipteros. En Bahia ya no mas.

Caraiva

Salimos del quilombo haciendo dedo. Todos los que nos levantaron tenían una u otra relación con el eucalipto: un operario quilombola que usaba la información privilegiada que podía conseguir, un camionero qeu solía transportar eucalipto talado, un fazendeiro que era abogado y asesor legal de las grandes empresas de celulosa, a parte de cultivar eucalipto y criar bueyes en sus haciendas. De oca en oca y tiro porque me toca. Mono -cultivo, mono-tema. Y la vista cansada del verde-eucalipto que aburre el paisaje. Nos sorprendieron los montes (que pondrían los dientes largos a cualquier escalador) de Itamarajú. Fegustamos hasta el último feijãode Monte Pascual ante la mirada atónita de todo el que reparaba en nosotras y las respectivas mochilas. Después del eucalipto y antes del mar había un desierto levemente cubierto de algun mato verde (con quién-sab-qué-nombre) y cactus tímidos aparecían entre la arena blanca. Noche de tienda y fogonet... al fin!
A Caraiva llegamos a la mañana siguiente. Hasta hace dos años el lugar no conocía la luz eléctrica. Teóricamente, por convicción (contra el "progreso"). La práctica encerraba motivos menos idílicos y más monetarios. Finalmente, el programa de Lula "Luz para todos" trajo el "desarrollo" hasta este tranquilo y heromoso lugar. En verano debe estar plagado de guiris. En temporada baja sólo encontramos algun despistado que como nosotars paseaba por la desembocadura del río o la playa azotada por el viento y las pousadas desérticas. Entre los pocos habitantes del bueplo, con las calles de arena blanca sin asfaltar, no faltaban los pescadores ydueños de campings, pousadas y bares... ni los "pesaos". Valseamos hasta Nueva Caraiva, donde el ambiente era todo menos tur~istico. Mucho más encantador, al ritmo del forró y los niños jugando a futbol en la plaza recubierta de banderines de colores.
En el bus hacia Arraial el azar nos hizo descubrir a Yedo y Sandra, que venían de conocer una comun idad indígena. Pasamos la noche juntos y decidimos ir por caminos diferentes a Salvador.
Levantamos otra vez el dedo, viviendo cada kilómetro y disfrutando del cambio de paisaje, qeu nos mostraba el avance de la mata atlántica y sus majestuosos ejemplares a medida qeu nos adentrábamos al estado de Bahía. Demoramos, mas chegamos.

lunes, 14 de julio de 2008

En el quilombo...

Aprendí la palabra "quilombo" al entrar en contacto con algun argentino. Allí se usa como sinónimo de "lio", "caos'...: "Se armó un quilombo!". El quilombo en Brasil es otra cosa. Aunque epistemologicamente no sea dificil entender por qué en Argentina un quilombo se denomina quilombo. En la época en que los esclavos (africanos) estaban a la orden del día en Brasil había una parte de ellos que ofreció resistencia y se "escapó" antes que la Ley Aurea de 1888 aboliera la esclavaitud. Así se formaron pequeñas comunidades de africanos en la mata atlántica brasilera, llamadas "quilombos". Las comunidades quilombolas resistieron y sobrevivieron más allá de la abolición de la esclavitud, aunque fueron víctimas también de la "colonizáción" selectiva, manteniendo parte de su tradición y asimilando parte del mundo que les rodea.
La escuelita de la comunidad quilombola de São Domingos tenía hoy invitados especiales. Los niños fueron premiados con un día de fiesta, para ceder su espacio educativo a la justicia . En lugar de la maestra había un juez, y en lugar de algunos estudiantes había 82 quilombolas en el banquillo de los acusados, acusados de desobediencia a la autoridad. Es preciso remontarse dos años atrás, y desplazarse al lugar de los hechos, o ponerse en la piel de un quilombola por unos instantes.
La comunidad quilomboa vivía tradicionalmente rodeada de mata atlántica y campos de mandioca. De ella extraían madera para hacer carbón, leña para cocinar y madera para construir casas, herramientas o muebles. Con la llegada del monocultivo de eucalipto en los años 70, en tierras griladas de Aracruz, la mata fue desapareciendo.
Hoy en día la comunidad de São Domingos son un conjunto de casas delimitadas por la carretera BR 101 y el ejército de eucaliptos. La madera dle eucalipto no tiene la calidad de la de la mata atlántica para los usos que los quilombolas le dan. No da para mucho calor (pero sí para mucho humo), no sirve para la construcción pero sí sirve para hacer carbón. Así que después de unos años se pactó con Aracruz que los quilombolas aprovecharían los deshechos de eucalipto que la empresa no fuera a utilizar. Con el tiempo estos deshechos fueron disminuyendo en cantidad así que los quilombolas empezaron a buscar una lternativa. Finalmente, bajo un análisis global, resolvieron que Aracruz era quien había hecho esaparecer l mata de las tierras que consideraban suyas, así que tal vez ser´´ia legítimo recuperar eucliptos de la plantación (enteros) en lugar de "conformarse" con los restos. Algunos quilombolas hícieron acciones de tala, y ena de ellas fueron sorprendidos y juzgados, con una sentencia que imponía una orden de alejamiento del lugar. Continuaron con las mismas acciones más al sur, y 82 de ellos fueron detenidos y con un proceso judicial abirto. Se les acusaba de desobediencia a la autoridad por incumpimiento de la sentencia anterior. De esta fora, la acusación la hacía el ministerio público y no la empresa.
La comunidad de São Domingos vive en el olvio político, y con algunas cuestiones candentes como la falta de agua crorriente o de recogida de la basura. La fuente económica se basa en el carbón y la artesanía, y el cultivo de subsistencia prácticamente desapareció bajo la sombra del eucalpto. Hasta hace unos cinco años todavía se usaba la "farinhera" para moler la mandioca. No era sólo una cuestión práctica, sinó también una forma d mantener la trdición y l encunetro, eje social de la comunidad. La elevada cotización del carbóon y la falta de terreno para el cultivo de mandioca, junto con la falta de madera nativa para la reparación de la antigua farinhera hicieron que ésta cayera entre el olvido y la nostalgia. Ahora el beijou (masa tipo crep pero hecha de mandioca y agua) se hace con harina de mandioca dcomrada a otras comunidades. Las casas tradicionales están también en peligro de extinción. Hasta ahora se construían con adobe y madera nativa. Actualmente no se encunetra ,adera para construir y las termitas que huyen del monocultivo acosan las casas quilombolas. (continuará)

La costa capixaba

Los dias en el MST fueron brevex quizás, pero intensos sin duda. Desiertos verdes, política, lecciones aceleradas sobre la vida en el campo. Una vida sencilla, un montón de interrogantes a los q no pudimos dar respuesta. Conocimos las "bases" pero el MST diferencia mucho entre éstas y los "coordinadores". Finalmente las lluvias y las prisas impidieron que nos encontraramos con Elía, el contacto que teníamos, una coordinador. Otra vez será.
Los días transcurrían apacibles en el MST. Nos levantábamos con el sol, al son de la campanita, a las siete de la mañana. Horario solar, al fin. Entre charlas y paseos pasaban los días. Más que la política, me impactó la matanza de la vaca que presencimos. Desnucarla y descuartizarla para asarla o congelarla. O la sorpresa de algunos al "descubrir" que Joana y yo sabíamos hacer "tarefas domésticas" como lavar ropa, barrer o cocinar. La lógica era la siguiente: si andan viajando y tienen estudios es que son latifundistas o empresarias. Nunca habrán labrado la tierra, ni barrido el suelo ni cocinado la cena...
Nos fuimos acumulando "más una despedida"

Los compañeros de FASE nos habían recomendado un lugar para dormir en Conceção da Barra, e nla costa. Sin saberlo, llegamos a un lugar con histoira. A primera vista recordaba al Hotel Ampurias antes de que fuera lo "fashion" que es ahora. Finalmente, Zé Carlos nos contó que lo que hora es el Hotel Marina fue constrido en 1786 como almacen de madera para envair a europa; por eso tenia esa privilegiada situacion donde el rio São Mateus se une al mar. El despojo de madera no es nuevo...
Una playa atlántica con sus olas que se van rompiendo a lo largo de la orilla, una moqueca deliciosa (plato de pescado), lecturas bajo el sol de lo que aquí es invierno (factor 15), y la pobreza aislada tras las cuatro calles que configuran el pueblo. Uno de los barrios, Bugia, se convierte ciclicamente, cada 15 años, en arenal, cuando el mar se abalancha sobre este territorio sin dejar títere con cabeza ni casa con techo. Actualmente es un barrio de pescaderias fantasma, con gentes humildes poblando las casas que conservaron algo de su estructura. En Santa Ana un riachulo cambia su curso al son de la marea. Cuando ésta sube, trae peces. CUando baja, nada se pesca. De esa pesca oscilante vive una pareja de ancianos, finalmente más preocupados por el aguardiente de caña uqe por el curso del agua. Paseamos con ellos por le barrio, que cuando no vivia del mar, vivía del aire.
Itaúnas est´´a algo más al norte. Poco en quilometros, mucho en bus. El lugar no conoce el asfalto pero si el turismo. Ahora es baja temporada (es invierno) asi que anda medio desierto. Y como buen desierto, poblado de dunas enormes ante el atlantico incansable. shhshhhhshhhshhh miles de arenas modeladas por el viento de mar. Chiringuitos que aparecen como setas y que sobran como un bicho en la ensalada. Por la noche, ambiente como el del mediterraneo a finales de septiembre. Solo estan los lugareños, que no prescinden de una birrita en la terraza, aunque sea martes... TAmbién aquí hay quien encontró su lugar en el mundo.

sábado, 5 de julio de 2008

Mergulhando mas... en el MST

Brasil es un pais muy rico, también rico en pobres. En lo que más rico es Brasil es en recursos naturales. El éxodo rural de los años 70 se llevó del campo a la ciudad a muchos trabajadores rurales, dejándolos sin tierra y sin trabajo -y a las puertas de la pobreza-. A su vez, dejó también mucha tierra en manos de pocos propietarios. En ese contexto nació el MST (Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra), para luchar contra la inequidad social a través de la Reforma Agraria, que dotaría con tierras (y por tanto, trabajo) a los campesinos.
A más de 20 años de su nacimiento, actualmente el MST es una organización con más de dos millones de personas, que viven en diferentes asentamientos por todo el país, donde tienen su vivienda y su parcela de tierra para trabajar.
Hace tres días que estamos conociendo la realidad del "movimiento" ( o la organización, debería decir), desde una escuela de capacitación que tienen en el estado de Espiritu Santo (al sur de Bahia). En un día cualquiera, en este lugar, Otino está criando plantas de mata atlãntica en el vivero -para poder reforestar los asentamientos-, Tião poda el cafetal, Joyce cataloga los libros de la biblioteca mientras atiende al teléfono o a su bebé, Diana sembra coriandro en la huerta, Eliseo vuelve de topografiar un terreno, y Alinhi usa el telecentro para hacer sus trabajos para la universidad, mientras Raquel prepara el almuerzo para todos y Roberto descuartiza una vaca. En un asentamiento vecino, Fátima habla a los niños de cuarto curso sobre la historia de Brasil, o qué ocurre con la basura desups qeu sale de su casa. En este contexto hemos tenido la oportunidad de compartir con ellos techo, comida y conversación. Nos trajo hasta acá, por decirlo de algna forma, el monocultivo de eucalipto (que ocupa la mayoría del estado). Hablamos sobre ello, pero hablamos más finalmente sobre el MST: su forma de organización y de actuación, su grado de autonomía, su relación con el gobierno y otras instituciones, sobre la educación y la salud, sobre el campo y la agroecología... Entre conversación y conversación, las sorpresas mutuas iban floreciendo. Por ejemplo, Tião se sorprendía que no hubiéramos trabajado nunca la tierra, que no conociéramos los secretos del cafetal, que no hubiéramos visto nacer un bananero o que no hubiéramos asistido a la matanza de una vaca. Procuró hacernos partícipes de todo ello.

martes, 1 de julio de 2008

Mergulhando nos desertos verdes

Mergulhar es una de esas palabras que suelen llamar la atención a quien está descubriendo este lindo idioma que es el portugués. Significa bucear o sumergirse. Tiene una sonoridad peculiar, verdad? Merghulhar... La idea de hoy era ir a la playa, pero finalmente nos mergulhamos en otra historia. Volviendo a las andadas, volviendo a conocer "el otro Brasil", el que no venía en la guía. Tirando de algun contacto, terminamos en una ong que forma parte de la Red de Alerta contra los Desiertos Verdes. Por desierto verde se entiende el monoculivo extensivo de una especie para la producción masiva, con los efectos que eso conlleva. Se suele utilizar para el eucalipto, el pino, la soja o el maiz. En Brasil está la mayor planta de celulosa del cono sur, con miles de hectáreas de eucalipto plantadas para abastecerla. En este contexto se armó una red para combatir la empresa, para evitar los efectos destructivos que ésta tenía sobre el medio ambiente, el sistema económico y los habitantes de pequeños pueblos circundantes a la fábrica y las comunidades que habitan aisladas dentro de los desiertos verdes: los quilombolas (comunidades negras que opusieron resistencia a la escalivitud siglos atrás) y las comunidades indígenas guaraní y tupinikim. La lucha no es fácil, pero a FASE (la ong) le gusta hablar de pequeñas victorias fruto de las actividades que van desarrollando. Aun así, la cosa no se presenta fácil -estamos hablando de una empresa que ha conseguido desviar ríos enteros, construir canales y represas, trasvasar agua de otro río a una represa o modificar la dirección del curso de un río para abastecerse, con el apoyo logístico y financiero de órganos del propio estado de Espíritu Santo y del gobierno federal. Hay muchos paralelismos con la situación que conocimos en Chile, por el trato con los indígenas, la criminalización de la resistencia, el poder absoluto de la empresa con impunidad ante el estado o ante el sentido común...

Y bueno... entre tanto conocer la situación y esforzarse con el portugués (o el portunhol) -Joana parece estar aportuguesadisima- terminamos la jornada de hoy con una tortilla de patatas y pan con tomate para todos -cocinando, como no podía ser de otra manera-.