sábado, 5 de julio de 2008

Mergulhando mas... en el MST

Brasil es un pais muy rico, también rico en pobres. En lo que más rico es Brasil es en recursos naturales. El éxodo rural de los años 70 se llevó del campo a la ciudad a muchos trabajadores rurales, dejándolos sin tierra y sin trabajo -y a las puertas de la pobreza-. A su vez, dejó también mucha tierra en manos de pocos propietarios. En ese contexto nació el MST (Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra), para luchar contra la inequidad social a través de la Reforma Agraria, que dotaría con tierras (y por tanto, trabajo) a los campesinos.
A más de 20 años de su nacimiento, actualmente el MST es una organización con más de dos millones de personas, que viven en diferentes asentamientos por todo el país, donde tienen su vivienda y su parcela de tierra para trabajar.
Hace tres días que estamos conociendo la realidad del "movimiento" ( o la organización, debería decir), desde una escuela de capacitación que tienen en el estado de Espiritu Santo (al sur de Bahia). En un día cualquiera, en este lugar, Otino está criando plantas de mata atlãntica en el vivero -para poder reforestar los asentamientos-, Tião poda el cafetal, Joyce cataloga los libros de la biblioteca mientras atiende al teléfono o a su bebé, Diana sembra coriandro en la huerta, Eliseo vuelve de topografiar un terreno, y Alinhi usa el telecentro para hacer sus trabajos para la universidad, mientras Raquel prepara el almuerzo para todos y Roberto descuartiza una vaca. En un asentamiento vecino, Fátima habla a los niños de cuarto curso sobre la historia de Brasil, o qué ocurre con la basura desups qeu sale de su casa. En este contexto hemos tenido la oportunidad de compartir con ellos techo, comida y conversación. Nos trajo hasta acá, por decirlo de algna forma, el monocultivo de eucalipto (que ocupa la mayoría del estado). Hablamos sobre ello, pero hablamos más finalmente sobre el MST: su forma de organización y de actuación, su grado de autonomía, su relación con el gobierno y otras instituciones, sobre la educación y la salud, sobre el campo y la agroecología... Entre conversación y conversación, las sorpresas mutuas iban floreciendo. Por ejemplo, Tião se sorprendía que no hubiéramos trabajado nunca la tierra, que no conociéramos los secretos del cafetal, que no hubiéramos visto nacer un bananero o que no hubiéramos asistido a la matanza de una vaca. Procuró hacernos partícipes de todo ello.

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