domingo, 29 de junio de 2008

RE-Río

Llego a Río con la sensación de RE-correr caminos, pero con sorpresas esperando tras cada esquina. Dulce RE-encuentro con Joana en casa de Gabriel, sin Gabriel. Ponerse al día lleva su tiempo! De hecho, todo en este país demora su tiempo… Y el tiempo se escurre como fina arena de playa entre los dedos de un chiquillo. Sin tregua. Casi una semana en Río y los sucesos se atropellan unos a otros, desvelando a cada rato el Río cultural, el Río social, el Río turístico… Todos los Ríos cupieron en esta semana. Conocimos el candomblé y los Orixás al acercarnos al teatro del oprimido donde daba un taller Augusto Boal. Nos sumergimos en las librerías que poblan el centro de la ciudad, resistimos el egocentrismo del excéntrico artista que desde hace siglos recubre de azulejos la escalinata de Lapa a Santa Tereza *de origen chileno, viajero antes que se inventara el turismo y defensor del rojo como el único color que es color; cuando pinta pinta siempre grávidas –embarazadas- hasta en su autorretrato su panza alberga futura vida.
El museo de Niteroi sigue imperturbable con su forma de seta y sus curvas, aguantándose por la quietud y desafiando la gravedad. Ahora alberga una exposición sobre la poética del color en cuadros de pintores coloridos. Exposiciones a parte, es mejor el continente que cualquiera de su contenidos.
En la mañana de un día soleado la injusticia se rebela, como en todas partes. Esta vez las favelas levantan la voz contra la violencia del estado con la militarización de sus moradas y la criminalización de la pobreza. Una pancarta resumía estupléndidamente:
“Los ricos quieren paz para ser ricos. Los pobres queremos paz para estar vivos”
*contexto: las fuerzas policiales y militares con presencia en las favelas han matado indiscriminadamente jóvenes en los últimos meses, en la favela o en los centros penitenciarios*
A cierta distancia del acto reivindicativo, los turistas siguen subiendo en teleférico al Pâo de Açúcar, y COpacabana e Ipanema siguen siendo testigo de escultóricos cuerpos y maravillosas puestas de sol.
Las noches despiertan la actividad cultural, cine, teatro y conciertos con todos los matices desde lo alternativo a lo convencional -que en este país está sustentada por las grandes empresas energéticas (del petróleo, la luz o la siderurgia). Puedes pagar 40 euros para ver a Adriana Calcanhotto en vivo, o un quilo de alimentos no perecederos para un cine-forum contra la violencia. Lo primero no sé cómo fue porque me parece privativo, lo segundo se desorganizó… (en todas partes cuecen habas). Así que terminamos invitadas por un actor a su espectáculo: una rocambolesca historia sobre la creación teatral, el amor, el capitalismo y la desesperación, basada en la obra de un tal Fitzgerald.
Los viernes la noche sale de fiesta por Lapa. El techo de los sin techo de día es el cobijo del baile y los vendedores ambulantes de noche. Los arcos de Lapa (un antiguo acueducto) se visten de fiesta y si hace falta reavivan a un muerto con su desenfreno.
Los viejitos juegan cartas o ajedrez en las mesas de cualquier plaza. EL largo de Machado es uno de los lugares donde el juego convive con el mercado de frutas y verduras los sábados. Todo tiene cabida en la plaza, hasta árboles tropicales, niños correteando, quioscos de flores y puestos de frutas con tamaño tropical. Se respira domingo aunque no haya llegado todavía.
Recién es el bicentenario del Jardín Botánico. El porte de los árboles (en el sentido chileno –de tamaño- y el castellano –de estilo-) así lo avalan. La diversidad, originalidad y belleza de sus verduras sobrepasan lo imaginable. Hasta la cámara se saturó y se declaró en huelga despyés de la décima foto.
El mes de Junio se celebran en Brasil las fiestas Juninas, para conmemorar todos los santos de Junio. Pensaba que San Juan y las barracas de fiesta mayor habían quedado al otro lado del charco, pero la fiesta de ayer sirvió para rescatar ese mismo espíritu. Sin hoguera, pero tampoco ya solemos hacer hogueras en San Juan… Los banderines coloridos cubriendo el espacio de baile, algunas barracas con beber y comer, multitud animada y semidisfrazada bailando forró. Eternamente forró. Baile de 4 pasos. Quien lo baila, lo baila, quin no, lo inventa o improvisa reinventando nuevos bailes con cada movimiento. De una, se arma un baile conjunto en un gran círculo, toda la multitud como un ser único…
Una pelota, animada por los toques de varios chiquillos, pasea de mano en mano. Al lado, la ceniza del cigarro de un mayor espera que un equipo marque un gol en la pantalla antes de caer al suelo. La sobremesa se quedó con la mujeres mientras el futbol acaparaba la atención de sus maridos. La barbacoa humea aun las brasa y una vieja solitaria observa desde un banco cómo la vida del barrio se vive en la calle y no en la casa. Es domingo… Esa viejita no lo sabe, pero es esa vida que arde en la calle lo que aliña su cotidianidad solitaria. La vida en Santa Tereza habita en las calles, se adueña del espacio público como si de espacio público realmente se tratara. Sin que el civismo haya llegado con sus ahnsias de prohibirlo todo y su poder para minar el alma de la vida social: el encuentro, el juego, el asado…
Se va el sol y llega la samba. El vecindario se apodera del ritmo con el cuerpoy baila al son de la música. Curiosmente los últimos invitados en llegar son algunos de los músicos, que desenfundan su arma del ritmo y se unen al compás. Hasta que el cuerpo aguante!

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