viernes, 4 de abril de 2008

Buenos Aires de reencuentros

2, 3 i 4 d'Abril de 2008

"Tenés que pensar en pesos, no en euros" me dij Gabriel la últia vez que estuve en Buenos Aires. Con esto en mente, se me ocurró volver en el colectivo público (bus) desde el aeropuerto de Ezeiza hasta en centro de Buenos Aires... Pensar en pesos me ahorró la mitad en pesos (porque tuve que finalmente tmar un taxi) y me costó el triple en tiempo (más de dos horas...).
Otra vez parada y fonda en casa de Liliana. Ésta vez la situación fue más cruda, porque ella tiene algunos problemas con la vista y en estos días andaba en plena crisis, con todo lo que conlleva. Para mí, sentir la impotencia ante el dolor del otro, y a la vez sentirme egoísta por tener la vida cotidiana en pausa para disfrutar de un viaje, en paralelo a ese dolor. Me plantée quedarme en Buenos Aires pero Liliana me animó a no faltar a esa cita con mi vida. A Claudia le gustó mucho un párrafo de "En la Patagonia" de Chatwin en el que se debate si no tendremos, como los pingüinos magallánicos, las migraciones programadas en nuestro sistema nervioso, como forma de explicar nuestra "alocada inquietud" (en este caso por el viaje más que por la migración). Quién sabe?
Me reencontré con Pedro. Hacía más de dos años que no lo veía. Me sorprendió encontrarle en Buenos Aires y no en el monte patagónico. Está comprando un autobús del 62 para convertirlo en su hogar y trasladarlo a El Chaltén. Estaba abrumado de tanta capital en sus vacaciones, y feliz trabajando como freelance haciendo de guía de montaña en el Parque Nacional de los Glaciares.
Me reencontré con Stella, una amiga de Liliana, que vino a cenar y cocinamos juntas una lasagna de verduras. Continúa dando sus clases sobre filosofía de la psicología o psicología de la filosofía -según se mire- y no se desprende de su sonrisa.
Me reencontré con Claudia, que estuvo viajando por Mendoza, rozando la Aconcagua, y subió para el Noroeste hasta Iruya (donde no estuve y donde quizás vaya más adelante). Tuvo que volver en avión porque los piqueteros del agro habían cortado todas las carreteras. Ahora busca desesperadamente piso por San Telmo y está encantada con su curso de teatro. Cenamos juntas en San Telmo y tomamos una cerveza con sus tiernos y alocados compañeros del teatro.

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