martes, 15 de abril de 2008

Puyehue, o en búsqueda de la actividad geotérmica

12, 13 y 14 de Abril de 2008

Llego a Bariloche a las 8'20 de la mañana y a las 9h salía el bus que me dejaría en las faldas del volcán Puyehue. 40 minutos a contrareloj para prepararlo todo. Adivinen qué ocurrió... venía huyendo de las nubbes, aguas y nieves de El Chaltén, y los reencontré aquí!! La nieve cerró el puerto de montaña y llegué casi 7 horas más tarde de lo previsto.
El guardaparques me anunció que estaría sola en el refugio, que no había nadie pro la zona. Unos días de soledad... me pareció buena idea. Hasta el momento no he pasado ni un solo día de yo-me-mí-conmigo. Bien, 3 km más tarde me estqaba registrando otra vez en el Restaurante que es dueño del territorio colindante al volcán (es una historia larga y peliaguda, pero cierta). El Chef y semiguardaparque, Michael, estaba hablando con Gil e Idan, dos israelitas, y entre los tres me desaconsejaron subir porque ya se acercaba la noche. Terminamos cenando los 4 en la cocina del restaruatne y los tres mochileros dormimos cada uno en su tienda, en un porche que había ceca. Y qué frío!!! Al toque impositivo de Gil, nos levantamos a las 7h. El tiempo acompañaba a medias, y la escarhca y la nevada del día anterior habían dejado el bosque y la montaña de un blanco inmaculado. Pasito a paso, por el pasto, el bosque de laureles y lengas,
Era la primera vez que Gil e Idan veían tanta nieve y andaban por ella, y esetaban como dos niños pequeños. Bueno, Gil es como un niño pequeño en el peor de los sentidos: reclamando atención a cada rato, egocéntrico e inoportuno. Vaya, una joya!Finalmente llegamos al refugio. Por la nieve ya vimos que los baños termales, barros hirvientes y gueiseres serían misión imposible, así que nos quedaba probar de subir al volcán. Xino xano ibamos subiendo mientras el sol bajaba. A poca distancia del cráter vimos qeu no llegaríamos así que tuvimos que volver hacia el refugio con las ultimas luces del sol y las primeras de la luna. Habíamos andado con las nubes pisándonos los talones. No llegamos al cráter, pero desde arriba pudimos ver al Volcán Osorno (en el que estuve con Claudia) y el Monte Tronador.
Los israelitas hacen tres años de servicio militar (los chicos) o dos años (las chicas). Después de eso reciben algo de dinero y suelen ir a viajar antes de empezar su vida como estudiantes o bien como trabajadores. En la Patagonia hay más turistas de Israel que de cualquier otro país del mundo. Yo nunca había conocido a nadie de Israel. La experiencia con Gil no fue demasiado buena, pero no fue así con Idan. Me es difícil ordenar las ideas intentar transmitir lo que iba pensando al convivir y hablar con Idan. Me parecía una persona especialmente atenta y solidaria con los demás, qeu lejos de preocuparse de sí mismo y de sus necesidades, tenía en cuenta al resto en muchos aspectos. Lo chocante es escuchar que todas estas cosas buenas son las que el ejército le había enseñado (!!??). Para mí todo esto era una fuente de contradicciones. Después de los 3 años de servicio militar, le ascendieron y se quedó un año más como si de cualquier otro trabajo se tratara, por aceptar más responbilidades y transmitir lo qeu había aprendido hasta entonces. Por una parte, como cada vez que he estadocerca de un soldado, algo me echaba para atrás. Por otra, me parecía alguien agradable con quien compartir una excursión. Bien, conversamos bastante y me contó qeu había hecho cosas que no le gustaría que sus hijos hicieran, igual que sus padres no querrían que él hiciera lo que había hecho en el ejército.
Cuanto me gustaría saber más de historia y estar más al día para poder entender mejor la charla que tuvimos esta ma´ñana. Supongo uqe la única conclusión posible es que, como en BOsnia, o como en todas las guerras, la multiplicidad de los factores y el dolor hacen que la situación sea muy compleja. Quizás no haya buenos ni malos, solo enfrentamiento (malo por definición(¿?). El discruso de cada bando termina siendo el de la supervivencia primero y el de la seguridad en segudno lugar. La voluntad de paz parece igual en todas partes, pero no así lo qeu hay que hacer para llegar a ella.
Finalmente volví a Bariloche en autoestop. Bien, antes de empezar a hacer autoestop hable´con una pareja argentina que estaban en el restaurante "centro de trekking" y dijeron que me llevarían hasta Bariloche cuando terminaran de comer. Ellos volvían de un viaje por la costa chilena. Rozaban sus bodas de oro (y seguramente la setentena de años), pero mantenían intacto su espíritu viajero. Escuchando entrañables batallitas, disfrutaba del paisaje de la región de los lagos que las nubes habían escondido en el trayecto anterior. Al llegar a Bariloche no querían soltarme sin que hubiese visto algo un poco ddel pueblo. Así qeu me dieron un tour turístico por el centro (donde sacié mis ansias de chocolate) y alrededores (desde donde vimos una espectacuilar puesta de sol sobre el lago Nahuel Huapi). Tienen unas cabañas en San Luis. Quén sabe, igual nos reencontramos.

1 comentario:

titis dijo...

ai ai ai, no paro de recordar bells moments... quina emoció que ho estiguis vivint...
caro